Un saludo desde el cielo

UN SALUDO DEL CIELO A SANTA MARIA EN LA IGLESIA DE LOS ARCOS

La iglesia de Los Arcos es un edificio aislado por una calle y una hermosa plaza, con soportales alrededor, que le dan no poca majestad y por los cuales llegan los fieles a la iglesia. Ya desde fuera llama la atención de curiosos y deja pegados a los amantes del arte, incluso a los profanos.
Las iglesias, por razón de sus plantas, son de distintas formas; en cruz latina, en cruz griega, iglesias o templos en redondo y octogonales. La iglesia de Los Arcos se parece a una cruz latina, y su ábside señala el punto del horizonte por donde sale el Sol el día 15 de agosto.
Todas las iglesias antiguas, y la de Santa Maria de Los Arcos, tienen una orientación invariable, establecida a fin de que los fieles y profanos, al entrar en el templo y dirigirse derechos al santuario, miren hacia donde sale el Sol, hacia Oriente, cuna del Cristianismo, salen de las tinieblas y se dirigen a la Luz.
Como consecuencia de esta disposición, es mucha la luz que baña todas las partes del edificio en el transcurso del día; la luz entra en el templo por todas las ventanas que hay en su longitud, a mediodía llena el crucero y al ponerse el Sol, introduciéndose por las ventanas de la fachada del Poniente, se desparrama a lo largo de la nave hacia la cabecera y esto no impide que cada año al principio de primavera y otoño, los rayos del Sol bañen de luz las galas del Barroco, para también iluminar totalmente el camarín de Nuestra Señora, y como un anuncio primaveral, cada año el Sol lleve su mensaje equinoccial el 23 de febrero, por la ventana del coro (16:55) para volver a darle por el rosetón de la nave el día 14 de marzo (16:45) y así anunciar la llegada de las golondrinas, como su confirmación en un mensaje solar.
Para comprobarlo, situarse en medio del crucero a las horas indicadas de la tarde, y verás aparecer un rayo luminoso que transformará el altar en un ascua de fuego.
El visitante atento que lo desee, podrá gozar durante unos instantes del efecto maravilloso y sentir la realidad a la vez fuerte, penetrante y suave, que propagan los radiantes rayos del Sol. Es una sinfonía solar, que invita al fiel a que una su encantamiento al de la luz. El Sol se afana para alabar a una Reina Celeste en un “Magnificat” de tonalidades compuestas por el encanto de los rayos del Sol.
Los rayos provienen de la ventana y del rosetón: No es una fantasía, son notas de luz con que la primavera y el otoño nos anuncian sus venidas, es también para honrar a Nuestra Señora e iluminar, como piedras preciosas que adornan su corona, pues el día 29 de septiembre aparecerá de nuevo (16:30) para despedirse después el día 18 de octubre (16:55) en los días en que el Sol en su última exaltación, envía su luz transformada a modo de último suspiro en la entrada de su nuevo curso equinoccial que nos acercará al invierno, y asimismo despedir a las golondrinas, hasta que el Sol vuelva a acariciar a Santa Maria; pues es necesario que se junten de nuevo la realidad y lo maravilloso que se establezca el lazo entre la Tierra y el Cielo.
En el pórtico también tiene lugar el 25 de abril (18:30) el anuncio por medio de los rayos del Sol, que estamos en plena primavera. Y volverá a aparecer el 16 de agosto (18:37) para anunciarnos que el otoño se acerca. En estas horas la imagen del atrio estará totalmente iluminada.

Gerardo Zúñiga Suberviola