Soliloquio de la torre de Santa Maria de Los Arcos

Soliloquio de la torre de Santa Maria de Los Arcos

Martín, junto con Lucas,

 

Juan y su retoño Pedro,

todos Landerrain de sangre,

aquí altiva me erigieron, en Siglo de Oro,

y , entonces, castellano predio.

 

Lluvias y vientos, con el girar del tiempo,

mudaron, pian piano, mi aspecto primero;

de novia galana en que me tallaron

quedé tan maltrecha, con tan gran quebranto,

que ni agallas tenía para verter mi llanto.

 

Hoy, cual ave fénix, surgida de escombros,

tratada mi carne, de sillares hecha,

por manos acariciadoras de la dura piedra,

dejaron mi cutis y entraña, cual la primavera.

¡Quién te ha visto, y quién te ve!

suspiran, no sin envidia, otras torres altaneras.

 

Siglos y siglos, mis compañeras sonoras,

lanzaron ondas al viento con sus argentinas lenguas:

despidieron a los muertos, a gloria también tañeron,

supieron de mortichuelos y festivos casamientos.

 

“Campana del Puente”, que hacia el poniente te asomas,

“Cimbalillo y Esquilón”, que giráis al carasol,

la grande “Santa María”, que bandeas al oriente,

sumad todas vuestras voces, una y mil veces más,

con la de “Guirlache” que, al cierzo, repica ya.

 

¡Aquí tenéis mi tronera, cual púlpito sin igual!

Desde esta atalaya impar,

vigía entre labrantía tierra,

quiero contemplar mi gente esperando su cosecha,

escuchando aquel DIN, DAN, que en la Enseñanza aprendierais:

“Tente nublo, tente en ti,

no te caigas sobre mí.

Guarda el pan, guarda el vino,

guarda los campos que están floridos”.

 

¡Cantad, sí, campanas!

¡Cantad a la vida, cantad al amor,

al joven gallardo y al viejo ochentón,

al niño que abre sus ojos al sol,

y a quien, abatido, mendiga un amor!

¡Animadles, sí, con timbrada voz.!

 

Aquí estoy, arqueños míos, como una vecina vuestra.

Aquí me veis recompuesta,

elegante en la fachada

y con armadura férrea.

¡ Arqueños míos, seguimos en pie!

------------------------------------

 

Príncipe de Viana,

gracias por tu don;

llegaste con tiempo

salvando mi honor.

Mi triunfo es el tuyo,

ganamos tú y yo;

mi parabién recibe,

¡ brindemos las dos!

 

 

Víctor Pastor Abáigar , agosto de 1998.

 

Share |

Sitio de búsqueda

 

 

 

AYUDAMOS A NEREA
Consulta aquí la información de Nerea, seguimos colaborando con la Fundación Nerea para que se pueda investigar su rara enfermedad.

 

 

 

 

contador de visitas