Notas curiosas sobre unas viejas ordenanzas (II)

Una capitula nos ofrece noticia de que en 1646 se habían helado todos los olivos de nuestras heredades. Per lo más curioso es que en la redacción de la misma se deja ver un hondo y hoy perdido sentido cristiano de la adversidad, pues se dice que "en quanto a los olibares, porque por la misericordia de Dios fue servido de castigarnos por haver helado dichos olivos..."

Los pícaros arqueños de la época se las sabían todas. Y como una de las penas a pagar era por meter en heredad ajena a pastar a rebaños de más de diez cabezas, los avispados habitantes de la villa las metían de nueve en nueve. Y nada podían hacer los guardas.

Tan obsoletas estaban las anteriores ordenanzas que los pastores preferían meter a sus ganados a pastar en la Raicilla  pagar la multa, que no meterlos. Pues se les seguía más bien de contravenir las ordenanzas que de cumplirlas.