Años 50

Tomar café, copa y puro (un completo) en Casa Colores, el bar del Albino o el de Danielín costaba 4,50 Ptas. Y con los dos reales (O,50 céntimos) sobrantes del duro (5 Ptas.) a media tarde alcanzaban para dos vasos de vino y unas aceitunas con hueso. Un porrón de cerveza con gaseosa el refresco más demandado del verano 3 Ptas. No conocían la Coca Cola, el Kas ni otros exóticos refrescos, ni falta que les hacía.
¡Eso eran cosas de las películas!

Una abundante merienda, servida en plato hondo, bien condimentada y acompañada de cestillo de pan blanco y porrón de vino tinto, capaz de alejar el hambre hasta el desayuno del día siguiente, valía en casa Gervasio alias “El Gaucho” de 12 a 15 Ptas. (0,07/0,09 Euros de los de hoy) según precio de mercado de las viandas demandadas. Por las noches después de cenar y hasta la madrugada en el “Salón Flor de la juventud” más conocido por la Sala de Fiestas, local de pago y baile con orquestas de cierto prestigio y calidad, con un lleno siempre asegurado gracias no sólo a los de casa sino también al aporte de mozas y mozos de los pueblos limítrofes, que acudían a nuestras fiestas en los autobuses de las empresas de las localidades de

Lazagurría, Espronceda y Mues, siempre abarrotados y realizando cada uno su ruta adyacente. Aquella inolvidable para muchos abuelos y abuelas Sala

de Fiestas, además de academia de aprendizaje y perfeccionamiento del baile, servía también a veces de agencia matrimonial, al uso, para algunas y algunos de losque allí acudían.  (Extracto de un articulo del programa de fiestas de 2006 de Jose Miguel Morras Goñi )