Bodas de oro de las VPO decanas de Los Arcos

Ayer, cientos de personas se arremolinaban en torno a las más conocidas como "casas baratas" que, repartidas en tres hileras, cobijan aún a 17 de sus primeros propietarios.

El Ayuntamiento quiso enmarcar el aniversario con la actuación de La Pamplonesa, que a las 12.30 horas ofreció un recital a los vecinos para después iniciar un pasacalles por el resto de Los Arcos hasta desembocar en la plaza de Santa María. Allí, sobre un escenario al resguardo de las casas centenarias junto a la parroquia, la banda ofreció durante una hora un concierto que terminó con el popular vals de Astráin.

56.022 pesetas

Antes de su actuación, el alcalde Jerónimo Gómez Ortigosa se dirigió a los presentes para refrescar la historia de la construcción de las "casas baratas". Así, se recordó que el contrato de compra se firmó el 23 de septiembre de 1954 o que, un año después, se iniciaban las obras. Trabajos en los que se registró un accidente que le costó la vida a José Luis Alba Cirauqui, de 22 años, mientras extraía cascajo, resultando además herido Jesús Ábalos Ancín.

El jornal diario para los albañiles era de 35 pesetas y para los obreros de 30. Un dinero extra para los beneficiarios de las viviendas ya que muchos de ellos contribuyeron a levantar estas casas de 82 m2, de una única planta en las que se repartía la cocina, salón -comedor, tres habitaciones y un baño. También disponían en la parte de atrás de un recinto para cobijar animales. "Yo tenía nueve años cuando nos vinimos a vivir aquí. Recuerdo que los parientes subían a bañarse a casa porque eran las primeras viviendas de Los Arcos con ducha. Todo un lujo para la época", rememoraba entonces José Ángel García de Galdiano Yániz.

"Según obra en los documentos, las familias hicieron una aportación inicial de 13.645 pesetas, más otras cien para entregar a la familia del fallecido en accidente, así como 253 cuotas mensuales de 167,50 cada una hasta completar la cantidad de 56.022,50 pesetas", detalló Gómez Ortigosa. Lo que dio pie a que Felisa Chávarri Chasco, de 76 años y ahora vecina de Viana, recordara como pudo reunir ese dinero. "Mi marido era zapatero y el jornal no daba para mucho, así que me marché a trabajar al Hotel Londres de San Sebastián donde acumular las pesetas suficientes para pagar la entrada. Eran años de una economía muy justa".

Ayer, las anécdotas y los recuerdos se amontonaban, así como los saludos entre los que viven en Los Arcos y aquellos antiguos residentes de las "casas baratas" que, procedentes del resto de la geografía foral o comunidades próximas, quisieron sumarse al aniversario.

Comida al aire libre

Todos juntos, hasta sumar casi 200 comensales, compartieron mantel y vivencias en la comida popular que albergó la calle La Carrera. A la cita acudió el matrimonio formado por Jesús López Artola y Josefina El Busto Arbeo, ambos de 81 años de edad. Tan sólo quedan otros dos matrimonios de aquellos primeros propietarios, Germán Jiménez Pastor y Tere García-Villoslada y Jesús Martínez García y Juanita Arzoz Martínez.

"Nosotros estábamos a renta y queríamos tener nuestra propia casa así que nos decimos a comprar una de estas. Fue duro pagar la entrada porque en aquellos años no abundaba el dinero. Mi marido era entonces agricultor y yo me puse a servir. Pero mereció la pena. La vivienda nos pareció un museo", recordaba Josefina El Busto.

El matrimonio, que tuvo dos hijos, se desplazó después a vivir a Irurtzun cuando Jesús López Artola aceptó un puesto de caminero. "Pero yo no quise vender la casa y eso que tenía muchas "novias". Así que a nuestro regreso, aquí nos estaba esperando. Hemos hecho muchas reformas y yo ahora digo en broma que ya no es una casa barata, sino "carata"", añadía la mujer.

"Sí, pero lo hemos pasado muy mal. No por la gente del pueblo ni del barrio, que era como otro pueblo dentro de Los Arcos", terciaba Felisa Chávarri, "sino porque teníamos muchas necesidades". Aunque, como se recordó ayer, al menos permitió que varias familias por fin pudieran abandonar las cuevas.