El cristo de las Enagüillas

El cristo de las Enagüillas

Recibe tal denominación porque tradicionalmente, hasta mediados del S XX, esta hermosa escultura del Cristo Crucificado se empleaba en funciones religiosas, durante los viernes de Cuaresma, en el canto del miserere, salmo bíblico penitencial por excelencia. Entonces se le colocaba en el presbiterio, teniendo su cuerpo cubierto  con una túnica o enagua desde la cintura, aunque no sea una escultura de vestir y tenga tallado el paño de pureza.

¿De cuándo data? ¿Quién fue su autor? Es una talla del siglo XVI , pero que conserva en el tratamiento de su cabeza rasgos bastante arcaizantes, si bien las proporciones anatómicas del cuerpo se mantienen conforme a cánones y patrones propios del Renacimiento. La autoría la conocemos a medias, en el sentido de que sabemos quién fue el pintor que hizo su encarnadura, sobre la primitiva, extremo que ha quedado de manifiesto en la recentísima restauración hecha en junio, julio del año 2000. Cuando la primicia parroquial hace el libramiento de esta obra de repintado de la imagen, encontramos estos detalles:

"Mandamos a Don Luis Quixada y Valles administrador de los frutos primiciales de dicha yglesia  que, de los maravedies (sic) que tiene en su poder, dé y pague a Antonio de Hortega, maestro pintor, veinte reales de plarta nabarra por los mismos en que se (ha) ajustado el pintar la cruz que está junto a la pila del agua bendita…Dada en Los Arcos a veinticinco de março de mil seiscientos y nobenta."

Sigue ubicada en el mismo sitio, tras el cancel de la puerta, del lado del evangelio, bajo un dosel tapizado de paño rojo. Se conserva en buen estado y la iluminación de que ha sido dotada últimamente permite una adecuada contemplación.

Por otra parte, hay una partida contable en el libro de fábrica de la Parroquia(cuentas de 1629) que creemos que debe relacionarse con cuanto llevamos dicho sobre esta imagen  y que nos lleva a esa fecha remota antes citada, aclarándonos su antigüedad Dice así:

"Mas dio por descargo (el tesorero de la primicia) çiento y noventa  y dos reales y medio que gasto en los recados que se compraron para hazer el adorno y lugar acomodado para poner el Sanho Christo de debajo del coro en el altar mayor, para deçirse el miserere los biernes de la cuaresma porque, en el lugar a donde esta de ordinario , no es acomodado para que la gente que acude al miserere mey esté con comodidad. Y entra en esa cuenta lo que pago a los officiales que hiçieron el artifiçio y al pintor por el dosel y colgaduras y todo lo demas que se compró."

Puede advertirse en esta cita la costumbre , transmitida secularmente entre la feligresía parroquial, del rezo del miserere en los viernes de cuaresma, que se mantenía en pleno S XX.

Un detalle de la continuidad del rezo del miserere ante esta imagen , nos la muestra una partida contable que dice:

"Da por descargo aber comprado catorçe varas de galones para poner las cortinas del Santo Cristo para correr las cortinas en los misereres."

 

Victor Pastor Abaigar

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